Nació en L'Entregu / El Entrego, en 1942. Se licenció primero en Economía y obtuvo después el título de periodista en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, para luego ejercer como periodista en La Voz de Asturias, la revista Asturias Semanal, Cambio 16, Diario 16 y La Hoja del Lunes, y dirigir los diarios La Provincia, en Las Palmas, y Asturias, diario regional; también ha sido delegado en Asturias de la Agrupación de Periodistas Deportivos y presidente de la Asociación de la Prensa de Oviedo; además de autor de los libros La Historia del Deporte Asturiano y La Costa Asturiana.

Dirigió La Nueva España desde finales de 1990 y hasta el año 2000, consiguiendo modernizar sus contenidos y diseño hasta convertir este diario en uno de los más destacados a nivel nacional, por su difusión y amplia lectura. De sus virtudes periodísticas, sus compañeros de prensa destacan «la exquisitez en el uso del lenguaje, la minuciosidad, el rigor y la ponderación en sus juicios», de lo que ha hecho gala durante todo este tiempo.

Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo

En 2007 recibe la Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo, de mano del ministro José Luis Caldera, y al año siguiente, en 2008, es condecorado con el título honorífico de Hijo Predilecto de Samartín del Rei Aurelio / San Martín del Rey Aurelio en aras de hacer un reconocimiento público de su brillante trayectoria profesional y su calidad humana, así como por la promocionado de la imagen del concejo fuera de Asturias y porque ha estado siempre vinculado con este concejo que le vio nacer, por su espíritu constructivo y su humanidad.

Melchor Fernández ha destacado por la pluralidad temática de sus textos y su imparcialidad a lo largo de su extensa trayectoria profesional; andadura que comenzó en la década de los 60 con las dificultades que emanaban de una sociedad carente de libertad de expresión y libertad de prensa, a la que siguió un período de Transición que permitió que personas como Melchor lideraran lo que fue la gran aportación de la prensa a la Democracia, hasta encumbrar el periodismo en las más altas esferas.